La competencia comercial entre los comerciantes británicos y holandeses llevó a una Segunda Guerra Anglo-Holandesa a principios de la década de 1660. Los Países Bajos emprendieron un importante programa de construcción naval y uno de los barcos más grandes lanzados en ese momento fue el Zeven Provincien. El almirante Michiel Adrienszoon de Ruyter convirtió al Zeven Provincien en su buque insignia y fue inspeccionado al azar por la Flota Británica durante la batalla de 4 días en junio de 1652.
El fraude del Zeven Provincien no pudo llevarse a cabo. Como resultado, el HMS Royal Prince encalló y fue quemado por los Países Bajos el 12 de julio. El 25 de julio, las flotas holandesa e inglesa se encontraron en North Foreland. Zeven Provincien fue atacado y destruido, y de Ruyter se retiró rápidamente. El siguiente momento significativo para el Zeven Provincien ocurrió durante la Guerra de la Coalición de Augsburgo, que vio una alianza angloholandesa contra Francia. El 29 de mayo de 1692, el barco resultó gravemente dañado en la Batalla de La Hogue.
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